
Los perros de la calle son perros que un día tuvieron techo y no tenían que pelear por comida, probablemente tuvieron su cobija y al menos un juguete. Tenían compañero de juegos y una mano caliente que le mostraba el cariño. Y un día, él no sabe cómo ni cuándo su dueño dejó de quererlo, talvez se comportó de manera inapropiada varias veces, o creció de más, pero él no lo sabe, los perros no saben eso. Ese día se encuentra tratando de sobrevivir a los carros, de sobrevivir a la sed, de sobrevivir al ambiente.
Es una verdadera crueldad el abandono de los perros. Aunque nos cueste creerlo, ellos sufren y sienten, el que estén en la calle no los hace acostumbrarse a ella, muchos terminan su tortura aplastados en la carretera. Uno no se acostumbra al hambre.
A diferencia hay muchos otros perros callejeros que son crías de perros “vagabundos”, que por destino de la vida les tocó nacer en su caja de cartón en la esquina de un basurero, esos perros no conocen otro estilo de vida, y muchos el ser sacados de la calle puede que los deprima, por haber tenido al mundo de hogar y ahora tiene de hogar un patio de cuatro paredes.
No se puede arreglar el tema de los perros en la calle de un día para el otro, pero si somos concientes y dejamos de abandonarlos, o le abrimos el corazón a los que ya pasaron por esa suerte, aportaríamos algo de humanidad. Tratemos de adoptar antes de comprar, esas bellas criaturas con genética revuelta nos darán la misma felicidad.
Cuando vayamos a comprar una mascota, tengamos claro que nos darán trabajo, exigirán tiempo y demandarán alimento, pero igualmente nos devolverán la compañía, la alegría y el cariño. No compremos una mascota para deshacernos de ella cuando nos aburran, y si no hay opción de quedársela, por favor búsquenle un nuevo hogar, hay personas que las recibirán con el corazón abierto, no las pongamos en la calle a sufrir por nuestro problema.
Es una verdadera crueldad el abandono de los perros. Aunque nos cueste creerlo, ellos sufren y sienten, el que estén en la calle no los hace acostumbrarse a ella, muchos terminan su tortura aplastados en la carretera. Uno no se acostumbra al hambre.
A diferencia hay muchos otros perros callejeros que son crías de perros “vagabundos”, que por destino de la vida les tocó nacer en su caja de cartón en la esquina de un basurero, esos perros no conocen otro estilo de vida, y muchos el ser sacados de la calle puede que los deprima, por haber tenido al mundo de hogar y ahora tiene de hogar un patio de cuatro paredes.
No se puede arreglar el tema de los perros en la calle de un día para el otro, pero si somos concientes y dejamos de abandonarlos, o le abrimos el corazón a los que ya pasaron por esa suerte, aportaríamos algo de humanidad. Tratemos de adoptar antes de comprar, esas bellas criaturas con genética revuelta nos darán la misma felicidad.
Cuando vayamos a comprar una mascota, tengamos claro que nos darán trabajo, exigirán tiempo y demandarán alimento, pero igualmente nos devolverán la compañía, la alegría y el cariño. No compremos una mascota para deshacernos de ella cuando nos aburran, y si no hay opción de quedársela, por favor búsquenle un nuevo hogar, hay personas que las recibirán con el corazón abierto, no las pongamos en la calle a sufrir por nuestro problema.
Además, vale destacar que los perros que no son de raza pura tienen mucho menos problemas de salud y emfermedades. Lo que hara que no precisemos estar constantemente preocupados por su salud.
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